En la vida no hay que ponerse objetivos inalcanzables... y tampoco espacios de almacenamiento inalcanzables. Menos mal que existen los armarios de pared de peka. Inigualables.
Las cosas difíciles de alcanzar apenas se usan. Además, puede ser peligroso, por ejemplo, cuando intentamos coger un tarro de mermelada con la punta de los dedos. Pero esto es agua pasada. Hoy en día, simplemente basta con bajar el estante de un armario de pared hasta una altura accesible para la vista y también para las manos.