La casa se ubica en un lote de 1.060 m2 en la Reina baja, la parte plana de la precordillera de Santiago.

La casa construida originalmente en la década de los 70’s no sacaba particularmente provecho del tamaño del sitio -una franja de 15 x 67 m de largo- así como tampoco de su jardín.
Pese a estar deshabitada por mas de 20 años, el jardín se había conservado en buen estado, con grandes arboles de una escala mas bien de parque privado que de patio trasero.
En vez de remodelar, decidimos que había que construir una nueva casa desde cero; la relación con el jardín, particularmente con los arboles existentes, debía jugar un rol fundamental.

La arquitectura no debía competir con la naturaleza, por el contrario, debía exaltar su presencia, colores y luces. Debía permanecer neutral y silenciosa -por así decirlo- de modo de permitir que la naturaleza se exalte.

La nueva casa es un bloque monolítico de hormigón armado, que se abre a través de cavidades en vez de aperturas y ventanas.
Por fuera, cada cavidad se convierte en un lugar en si mismo. Algunas dan cabida solo a una personas y otras a mas.
Por dentro, cada cavidad es un prisma vidriado que se ilumina y ventila y a la vez permite vistas cruzadas y frontales entre recintos contiguos.

La consecuencia mas directa de esta operación de ‘excavadado’ es que el jardín se hace presente en toda la casa: incluso desde los recintos ubicados en el lado opuesto de la casa es posible tener una vista de el.

Patricio Perez / Anuschka Bannach

Ricardo Torrejón Schellhorn

General contractor: Eric Meinardus
Structural engineer: Osvaldo Peñaloza