Lokeren

Una casa de dos plantas en la Bélgica rural

El estudio belga de arquitectura Pascal François Arquitects ha diseñado en la Bélgica rural una casa de dos plantas anexa al edificio de un antiguo establo. Pascal François Architects construyó la nueva vivienda en las inmediaciones de Lokeren, en el norte de Bélgica, en el lugar donde antaño se asentaba un inmueble ahora derribado. La nueva construcción se levantó exactamente sobre lo que una vez fueron los cimientos del antiguo edificio y su hastial se ensambla en las caballerizas, de una única altura y ubicadas transversalmente. Bajo el enorme alero se sitúa una cocina dotada de acristalamientos de gran formato, justo en el punto donde confluyen ambos edificios. No existe conexión directa con la estructura preexistente de las caballerizas. Durante la fase de proyecto, el arquitecto Pascal François se vio obligado a acatar la normativa de las autoridades urbanísticas en la que se supeditaba la concesión de la licencia de construcción a la ausencia de acceso directo entre ambos edificios.

Según palabras del propio Pascal François, “la ampliación se ubicó bajo el tejado existente, siguiendo el deseo del propietario de llevar hasta la cocina la luz solar de la mañana". Como resultado se logró una excitante simbiosis entre lo viejo y lo nuevo.

Un factor que acarreó dificultades añadidas fue la obligatoriedad de no superar un volumen total de 1.000 m3, ya que las autoridades habían sumado el volumen del granero y la casa al hallarse pegados.

La vivienda, de líneas rectas, se dispone en perpendicular al antiguo edificio ya existente. La fachada del primer piso está revestida de placas cerámicas, mientras que la planta baja cuenta con una persiana natural de tiras de madera en vertical y que oculta unas enormes aberturas, que van desde el suelo hasta el techo, y que han sido resueltas utilizando ventanas de diseño de gran formato, fijas y correderas, minimal windows® de KELLER. Tras la fachada, que destaca por su apariencia austera y cerrada, se esconden unas estancias luminosas y amplias que perciben toda su energía de la enorme, a la par que minimalista, cristalera de aluminio.

La entrada de la casa presenta el mismo estilo a base de tiras de madera, en plena armonía con la fachada del edificio al completo. Nada más acceder a la casa, justo frente a la entrada, la vista de sus habitantes se clava en un gran ventanal fijo sin marco que se abre al jardín, desde el que se divisa un estanque estratégicamente situado. El recibidor conduce a una zona de salón-comedor monocromática dotada con una fabulosa terraza de madera que comunica con el jardín. En el ala opuesta de la casa se ubica un despacho. La planta superior cuenta con tres dormitorios y dos cuartos de baño. El antiguo granero todavía conserva su función de caballeriza.

Architecture: Pascal Francois